Manuel Valencia es sin lugar a dudas el tocaor revelación del año como adelantó la Bienal otorgándole su Giraldillo en la pasada edición. Presume de jerezano, ama su profesión y de no ser guitarrista le encantaría cantar por lo jondo. Gitano cabal, serio y aficionado al estudio es reclamado por las grandes figuras del cante flamenco y toca para concierto cuando se tercia. Artista de su tiempo combina la herencia de los Valencia con la escuela de los Morao.
Hablamos con él para Revista La Flamenca.
Web revista La Flamenca. Pedro Madroñal 12/2/2015 Fotos: Pepe Montiel
Empezamos felicitándolo por el año que lleva. Venencia flamenca, Giraldillo revelación… Tanto premio ¿presiona o motiva?
Muchas gracias. La verdad es que casi no lo he asimilado todavía. No me lo termino de creer. Por un lado los premios presionan porque me siento obligado a defender sobre el escenario estos galardones tan importantes, pero por otro me da un motivo para seguir luchando y aprendiendo cada día.
Se le nota orgulloso de su tierra pero ¿tiene más predicamento fuera o dentro de Jerez?
La verdad es que en mi tierra me siento querido y yo llevo mi tierra por bandera allá donde vaya. Fuera de mi tierra poco a poco parece que me van conociendo más. El que los reconocimientos hayan venido de Sevilla me llena de orgullo porque es una ciudad muy importante dentro no solo del flamenco si no del arte en general.
Explíquele a un noruego (que no conozca el flamenco) en qué consiste el toque de Jerez
El toque de Jerez tradicional, está muy vinculado al acompañamiento al cante donde lo primordial es el dominio del ritmo. A mi parecer, si hay algo que nos caracterice, es el rasgueo de tres dedos, redondo, con mucho recorrido, indispensable para el acompañamiento. Esas dos cosas (ritmo y rasgueo) junto con una alegría y vitalidad ineludibles, creo que hacen el toque de Jerez diferente a los demás. A todo esto, las nuevas generaciones han ido incorporándole vanguardismos en forma de técnica, armonía y conocimiento que lo hacen todavía más amplio.
Explíquele a un aficionado cabal en qué consiste el toque de Manuel Valencia
Yo me considero un guitarrista de la escuela tradicional jerezana. Ésa de la que hablábamos antes y de la que soy un defensor a ultranza tanto fuera como encima del escenario. Soy un guitarrista de acompañamiento. Me siento muy a gusto con un cantaor o cantaora a mi lado aunque también tengo mis inquietudes musicales y a eso no se le puede poner freno. Sé cual es mi rol cuando estoy acompañando y si hay que sentarse delante con la guitarra pues intento hacerlo lo mejor posible.
Cuando el público aplaude y jalea al tocaor en una falseta ¿premia el genio, la técnica, la virtud o el trabajo del guitarrista?
Cuando la gente aplaude al guitarrista es que lo que ha hecho le ha llegado, evidentemente. Dependiendo de qué público sea puede levantarse con cualquiera de esas tres cosas. A mi, algunas veces me pasa que, cuando hago una falseta, hay veces que la hago medianamente bien, y el público no reacciona y, en otras ocasiones no doy una a derechas y la gente aplaude (risas). Es algo que no tiene una regla fija.
¿La inspiración viene a visitarle más veces en la fiesta o en el estudio?
La inspiración viene cuando menos te lo esperas. Hay una frase célebre de Picasso que lo refleja a la perfección: “Cuando llegue la inspiración que me encuentre trabajando”.
¿A quién y por qué palo le hubiese gustado acompañar?
Sin ninguna duda, daría lo que no tengo por haber podido acompañar con mi guitarra aunque hubiera sido solamente una letrita por soleá o por siguiriyas a mi tío Terremoto de Jerez. A su hijo, que fue mi maestro, tuve el placer de tocarle muchísimas veces aunque también lo daría todo por volver a estar un ratito con él.
La guitarra se abraza por la espalda ¿para esconderse uno mismo o para amarla?
Creo que las dos cosas. Yo soy una persona muy introvertida y quizás sea ese mi refugio. Me sirve para expresar lo que con palabras no puedo. Y, por supuesto, los guitarristas amamos a la guitarra sobremanera.
En esta relación de amor quién da más alegrías ¿la guitarra a Manuel o Manuel a la guitarra?
La guitarra a mí me ha dado todo lo que soy en la vida. Yo sin la guitarra creo que no sabría vivir. Y los guitarristas solamente podemos corresponderle intentando tocarla lo mejor que sabemos.
¿Tiene usted preferencias por algún guitarrero?
La guitarra que normalmente utilizo es de Conde Hermanos, que la tengo firmada por El Maestro y que la tendré hasta que me muera como una reliquia. Ahora están proliferando muchos guitarreros jóvenes que ponen el alma en cada guitarra y de ellos hay uno, David Peña, que hace las guitarras Peña Vargas, que la verdad es que me gusta mucho como trabaja e incluso tengo una guitarra de él con la que también me encuentro muy a gusto.
¿Qué le enfada más en el escenario que se le rompa una cuerda o una uña?
Las dos cosas son terribles. Sin uña, dependiendo de lo que tengas que tocar mas o menos podrías sacar la actuación adelante. No quedaría más remedio (risas). Pero sin cuerda es imposible, tendrías que parar la actuación para cambiarla sin dudarlo. Ojalá que nunca me pase.
SI no fuera guitarrista le gustaría ser…
No puedo imaginarme mi vida sin la guitarra. Pero si me dieran a elegir…me gustaría poder cantar. Aunque soy un negado para el cante y no se si mi timidez me permitiría ser cantaor. Me conformaría con poder hacer una letrita aunque fuera cortita (risas).
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