Gitano, de Jerez y de la saga de los Sordera, El Bo deja un gran vacío de compás en el arte jondo.
Revista La Flamenca. R. De la Villa. 5/3/2021
Este jueves 4 de marzo la ciudad de Jerez no podía asimilar la pérdida de un artista tan singular, como Manuel Soto Barea, conocidos en el mundo del flamenco como “El Bo”. Se ha ido casi sin hacer ruido, en su casa del barrio jerezano de El Calvario, y de forma casi inesperada, pues a pesar de llevar año padeciendo problemas de salud siempre se recuperaba y tiraba para delante, pero esta vez el corazón no ha soportado una nueva batalla.
El Bo era un gran gitano, del barrio de Santiago de Jerez, de la saga familiar de los Sordera, casi ná, como para no ir sobrao de compás…
Hijo de Manuel Soto “Sordera” y Rafaela Barea Carrasco, hermano de Enrique, Vicente y Sorderita, padre de Maloko… y si nos vamos a generaciones más atrás podemos encontrar incluso los nombres de Paco de La Luz o Tío José e Paula. Por lo que sin duda alguna, en su familia el flamenco, el arte y el compás es algo de genética, de sangre, de raza y pureza.
El Bo, apodo que le puso su tío Fernando Terremoto contaba con una larga trayectoria como palmero y muy conocido también por sus singular jaleos, dando compás desde muy pequeño a grandes del arte jondo como La Paquera, Paco de Lucía, Luis de la Pica, El Torta, La Macanita… Ha participado en grabaciones de Manuel Moneo, Pansequito, El Lebrijano, Estrella Morente, Miguel Poveda, Los Zambo, Moraíto…
Su presencia en los escenarios siempre ha sido esencial. Ha participado en la mayoría de ediciones de la Fiesta de la Bulería desde la década de los 90, así como en los Viernes Flamencos de Jerez. Ha formado parte de la denominada Filarmónica de Santiago junto a Manuel Pantoja “Chicharito”, Rafael Romero y Gregorio Fernández, los cuatro palmeros más conocidos del compás del Jerez.
En el mundo cinematográfico también ha tenido su presencia, participando en trabajos audiovisuales como las películas Flamenco (1995) y Flamenco, Flamenco (2010) de Carlos Saura, o en “El cante bueno, duele”, grabado en Jerez en 2010 por los holandeses Ernestina Van der Noort y Martijn Van Beemen.
El Bo, el del compás eterno, el del singular repertorio de jaleos y el de la gracia y el age en el baile deja a Jerez y al flamenco conmocionado, porque como dijo José Mercé en uno de los homenajes que se le ha dado a lo largo de su vida, el “Rey del compás, Rey del jaleo”, El Bo se nos ha ido sin hacer ruido. DEP