Las pruebas de sonido son momentos inaccesibles para el público. Donde ves hasta qué punto llega la dificultad del trabajo que encierra algo. Que una vez se alza el telón, parece fluir de forma sencilla y espontánea. Nada más lejos de la realidad. Hasta por tres o cuatro veces repitió Manuel el final de una estrofa indicándole a Niño Seve su guitarra esa noche: “No”. “No”. Y repetían "Qué no… Ahora. Ahí, sí”. “Pero si lo he hecho igual”. “No. Así…. Así es.” La búsqueda de la perfección. Si bien es cierto que “El Pele” siempre cambia en cada uno de sus cantes, no por eso abandona su gran dominio y conocimiento de la melodía y un perfecto compás con el que juega a su antojo. Alargando tiempos. “El Pele” uno de los grandes en lo suyo que abarca mucho y muy variado.
Nacido en Córdoba (1954), desde muy niño recorre ferias y tablaos. Comienza a ganar premios y distinciones por toda Andalucía, llegando a codearse con maestros como Morente, Camarón… Artistas de renombre internacional, Bowie, Prince…se dejan cautivar por su forma de hacer y lo reclaman. Y es que su voz y sus formas le capacitan para “jugar” en muchos niveles. Renueva cantes como la soleá, alegrías, seguiriyas… dotándoles de esa modernidad tan propia y única.
Manuel Moreno está en uno de sus mejores momentos. “Me siento como si tuviera veinte años”. Pisa los escenarios con la fuerza y soltura que le proporcionan cincuenta años de profesión, estudiando, buscando una forma nueva de hacer, sin perder la esencia…cantando.
Ya, en camerinos, Manuel habla, repite cosas que ya ha dicho muchas veces, porque… ¿qué le preguntas a “El Pele” que no se le haya preguntado antes? Da igual. Estás ahí, con este hombre que te mira directa y constantemente a los ojos, como estudiándote. Hablando pausado, pero sin medir las palabras. Desde el corazón.
Revista La Flamenca. Murcia 13/3/2019 Texto y Foto: Alberto Garcia
¿Cuándo decidiste que ibas a vivir de esto?
Lo mío fue por obligación, porque no tuve más remedio. Yo tenía once o doce años, mis padres se separaron y no me quedó otra. Había que sacar a la familia palante, para comer, así empezó todo. En aquel tiempo estaba la vida muy mala, nos la buscábamos con el señorito en la fiesta por cuatro duros.
¿Gitanos cantando y bailando para payos?
No. Payos y gitanos… el Mellizo, el Vallejo…cantando, tocando y bailando para las fiestas de los señoritos. Lo hacíamos todos, es lo que había, eran otros tiempos.
¿De quién aprendiste?
… No tuve un maestro que me enseñara formas, yo he aprendido de todos. Con doce años ya estaba interesado en aprender de Juan Talega, Mairena, Cagancho, Paco Andaluz, Terremoto, Tía Anica… de todo el que ha “cantao bien”. No he tenido un referente claro, solo el buen cante y de ahí han salido mis maneras.
Tus maneras, ¿cómo las definirías?
Pienso que parecido a mi cante no hay nada. Los primeros pasos que dió Enrique Morente, los dimos juntos, entonces, Morente sonaba al Pele y El Pele sonaba a Morente, por huevos. No imitando, es una cosa innata…
Hay momentos en que me acuerdo de Caracol, Vallejo, y Mairena, recuerdo a los genios, los llevo a mi terreno y con esa mezcla intento hacer una cosa distinta, mía. Me he tirao un montón de años estudiando los cantes por soleá. He metido doscientos cantes por este palo en una talega escuchando mucho y moviéndola, hasta que ha salido lo que llaman ahora “Soleá del Pele” (entre apolá, y por alcalá). Pero eso ha costado mucho trabajo, eso no se hace ni en un año, ni en dos, ni tres… eso sale o no sale nunca.
Surge cuando das el alma y la vida, para eso no hay que sentir rencores hacia nadie para poder aprovechar todo. Tener un corazón muy grande, tener los mínimos problemas porque yo no creo en los duendes, sí en el estado anímico del que canta, toca y baila...no hay duende. Está el sentimiento de la persona que se sube al escenario, como el pintor que con una pincelada puede hacer un mundo. El sufrimiento no ayuda al arte. Eso es lo que pienso. Cuando te sientes en paz con todo, es el momento.
Pero, ¿no hay momentos que sufrir hace más grande el cante?
No me has entendido. Yo hablo del estado del alma cuando te encuentras en paz con todo y con todos. Yo estuve en París el mismo día que se murió mi madre, el mismo día, porque somos, con mis máximos respetos, los payasos. Hay que hacer reír cuando estás llorando por dentro. Este mundo no es tan bonito, ni tan fácil como la gente se piensa. Es muy difícil y complicado, por eso te digo que sin el estado anímico adecuado no se puede estar ahí, de lleno, y eso se nota, la gente lo notan, así es esta profesión.
Entran en el camerino miembros del grupo y les pregunta si han comido si les falta algo, está en todo.
¿Sabes que la gente en taquilla antes de entrar se preguntan: ¿cómo va a estar hoy “El Pele”?
No… no dicen eso, la gente cuando va a un concierto de El Pele va pensando, “a ver qué nos ofrece hoy el moreno”. Eso dicen los aficionados y es real. Es un placer como jugar, nunca canto igual, todos los conciertos son distintos, aunque haga lo mismo no suene igual es el instante quién te lleva…
¿Qué momento de todos recuerdas como el mejor? El más grande para ti.
En Sevilla, en el Alcázar es el momento más… estaba “derrotao”, no sé de donde salió esa fuerza, ¿es Dios? Tienes que sentirte una persona muy grande y creer mucho en Dios. ¿Tú sabes lo que es subir al escenario ayudado por dos personas porque no te tienes de pié, sentarte agarrao a una banqueta porque ni sentao te tienes derecho?… pero de pronto sentí esa fuerza y me levanté me fui para el público con una bolsa colgá… acababan de operarme,.. no se puede contar y canté esa soleá desde muy dentro… Es el mejor momento que he vivido, porque me sentí grande. Me sentí una persona tocada por la mano de Dios, iba con cuarenta de fiebre y con mis niños a los laos, me marcó de verdad…He tenido momentos en mi vida muy hermosos pero este... este ha sido hermoso y trágico a la vez.
A - Recuerdo eso momento en la XII Bienal de Sevilla, durante el espectáculo “Raíces de Ébano” de Manuela Carrasco y Manuel Moreno Maya “El Pele” cantó por soleá de manera impresionante. Por ese cante le fue concedido el Giraldillo al Momento Mágico de la Bienal. Me reservo para mi esos minutos como uno de los que te levantan del asiento con ese remate (por El Mellizo y Paquirri)…Sublime.
Cuando remedio,
cuando remedio tu no tengas,
qué te corte un cirujano
la campanilla… (no termina el verso) y la lengua.
Viviste la renovación del flamenco en los sesenta y setenta… ¿qué piensas de lo que está ocurriendo ahora?
He compartido escenario con mucha gente como David Bowie, Michael Jackson, Prince… haciendo flamenco mío pero puro, y adaptándome a su música. Salieron cosas muy bonitas.
Pero lo que se está haciendo ahora no tiene nada que ver con eso. Todo lo que encaje de manera natural me parece fenomenal, porque la música es bella, no hay que ponerle fronteras pero a veces lo que llaman fusiones… son confusiones. No se puede confundir a los que se incorporan por primera vez al flamenco. Con mis máximos respetos, una niña que ha salido ahora diciendo que hace flamenco y no lo es… eso no se puede hacer. ¿Me entiendes? Busca tu música y llámala papas con tomate o choco con fideos, no lo llames flamenco. Es demasiado importante para que te lo pongas en la boca. O en la boca de cualquiera nombra a tu música como tú quieras, pero no le digas flamenco a lo que no lo es. Estoy en contra de eso, pero sin embargo, estoy a favor de la música como te he dicho antes, de todo lo que encaje, suave…
Manuel desliza los dedos de sus manos dejándolos resbalar uno entre otro pero sin llegar a apretarlos, solo se mezclan formando una única figura pero sin forzar, toda una declaración de principios de lo que para él ha de ser la innovación en un solo gesto…
Porque yo me pongo, por ejemplo, con un viejo de Brooklyn haciendo jazz y es como un desgarro por seguiriyas… pero a eso no le puedes meter algo que no cuadre, una cosa que cuando la oyes dices: Pero, ¿qué barbaridad estás haciendo de una cosa tan bella? Los límites no los marca nadie. La música no tiene límites, los pone la sensibilidad el corazón y la mente, es tu cabeza la que te dice si algo está bien hecho…El compás…, como dijo un genio de esto, el compás es saber andar, saber amar, saber besar, todo eso es el compás. No puedes ir en contra de lo bello, de lo que ya está, por eso mismo, no le puedes llamar flamenco a lo que hacen esos dos amigos que se encuentran en el mismo bloque; uno toca la guitarra y otro el tambor, a dar guitarrazos y tamborazos, taca tac taca tac… ya están los nuevo flamenco. Pues no… llámale otra cosa hombre, no le llames flamenco porque yo fusión si he hecho hace treinta y cinco o cuarenta años ya estaba haciendo cosas, con unas alegrías nuevas en “la Fuente de Jondo”… Eso es hacer cosas, eso creo que es poner al flamenco grande.
¡Eso es todo y casi ”ná”! Hacer del flamenco algo más hermoso. Hacer un cante por alegrías nuevo, hacer un cante por soleá que la juventud ya lo está cantando como Pedro el Granaíno, Arcángel y Poveda que están haciendo la Soleá del Pele, Esperanza Fernández con las alegrías... entonces me siento orgulloso.
¿Cómo han sido estos cincuenta años de cante que acabas de celebrar?
Ha habido momentos complicados. Todos hemos sido jóvenes, todos hemos cometido locuras. Yo también, de algunas me arrepiento y de otras he aprendido, se aprende de todo. ¿Quién no? ¿Quién puede decir que todo lo que has vivido está bien? ¿Quién no se ha pegao una noche loca? Pues todo el mundo, por eso te digo que lo importante es aprender de todo de eso también. Estoy muy orgulloso de lo que he hecho y donde voy me adoran.
Me llaman maestro, es una gran satisfacción que digan eso, solamente ahora hay dos personas a las que las llamen así, a Fosforito y a mí… Hace poco, dos o tres meses, estuve en Puente Genil, y una cosa que me llena de orgullo es que se viene Fosforito a mí me abraza y me dice: “Gracias maestro, porque gracias a ti pude escuchar un cante por seguiriya”. Y eso que te lo diga Fosforito es muy grande, vamos a olvidarnos de la Llave de Oro, son premios y están bien, siempre está bien que te reconozcan, pero la llave es lo que menos importa, la verdadera llave está en tu corazón. Lo importante de verdad es tu trayectoria, el legado que hayas dejado; lo que has aportado para los jóvenes que vienen detrás y escuchen lo que has hecho, servirles de inspiración. Eso es grande.
De tu discografía ¿Cuál es tu “hijo” predilecto?
Si llamemos a los discos (diez tiene grabados) hijos, pues al final es lo que queda de uno. ¿Mi hijo predilecto?…”Poetas de esquinas blandas” (1990) me marcó; “Canto” (2003, junto a Vicente Amigo, nominado a los premios Grammy Latino), “La Fuente de lo Jondo” (1986, junto a Vicente Amigo) también me dejó huella; “Avante Claro” (1995)… todos tienen algo de uno. Todos ellos soy yo, como dices son como hijos, todos llevan parte de ti y podía grabar tres o cuatro más…me lo han propuesto: “Pele ¿Por qué no grabamos por favor?”. No… yo no hago un disco si no tengo algo nuevo que decir, no soy como los compañeros que sacan un disco cada dos meses repitiendo lo mismo sin decir nada. No… “Hombre, es que estás pletórico, estás muy bien”, pues sí me siento muy bien, pero no grabo y no tengo intención de hacerlo, voy a colgar en redes tres o cuatro temas que estoy empezando a hacer cuatro cosas para refrescar, pero nada más. En el flamenco está todo cubierto.
¿Piensas eso de verdad?
No… Realmente no creo eso y te lo digo yo. Hay todo un mundo por descubrir, pero hay que echarle dos pares para sentarte al ordenador y buscar… siempre buscando durante años algo que te aporte, te diga algo, para a su vez hacerlo tuyo y soñar de nuevo, porque ahora lo tenemos muy fácil.
Me recuerdo haciendo autostop para ir hasta Huelva con quince años para escuchar el cante de La Conejilla, el del Muela… Hoy quieres escuchar el reniego de Tomas Pavón, le das a la tecla y lo tienes en casa. Antes había que currárselo un poco más. No es lo mismo, por eso te digo que si la juventud hoy en día tiene cojones de estudiar hacer cosas nuevas y no lo hace, dime tú a mí, si se tuvieran que haber ido a la calle...
¿Tu guitarra más sobresaliente?
El que mejor me ha acompañado, con quien mejor sentía, el toque sin duda, Manuel Silveria, Antonio y Paco Silva, Miguel Angel Cortés… Cada uno tiene su puntito, lo que si te digo es que siempre quiero llevar a alguien que me aporte melodías nuevas como Juan Habichuela me ha dado mucho más de lo que me puedo imaginar. Estábamos a años luz de todo y Enrique Morente me lo decía… estuvimos a punto de grabar un disco en una productora que tenía Enrique -Discos Pobreticos-, él, Arcángel y yo pero pasó lo que pasó (murió Enrique Morente)… son cosas que se quedan sin hacer…
¿Te arrepientes de aquellas declaraciones que hiciste sobre Jerez? (ABC, 18/12/2017)
No. Y no me preguntes por Jerez, porque no. Te voy a decir una cosa, Jerez es muy suyo. Enrique Morente murió sin que fuera aceptado en Jerez, nunca se le ha dado su sitio y con eso está todo dicho, así que no voy a hablar de Jerez.
Recuerdo esa mirada. Como cuando una noche tirándole fotos mientras esperaba turno en el Potaje de Utrera… ¡Basta ya! Sin palabras, fue suficiente…
Pero eso me pasa también en Córdoba. Pienso que no se me reconoce como debiera, habiendo nacido allí, no te voy a decir que no ame mi tierra pero no me dan el sitio que a estas alturas de mi vida creo que me merezco. No me tienen el respeto que me demuestran en cualquier otro sitio donde vaya, en Tokio tienen que poner las vallas de contención, se respeta más el flamenco fuera de España que aquí es así de triste. Pero la verdad es que yo me alegro porque eso significa que somos universales somos música internacional.
Es decir que si a mí me invita Bowie, Prince a sus conciertos soy íntimo amigo de Tina Turner y hemos hecho cosas junto en Londres, y te siguen buscando, será por algo. No debería decirlo, pero bueno… Ahora voy a empezar una colaboración con Sting… a ver qué sale.
… Y en España, en Andalucía, que es tu tierra no te dan tu sitio, apaga y vámonos.
Así se nos presenta Manuel Moreno Maya “El Pele”. Artista polifacético, cantaor flamenco por los cuatro costados.