El artista de Jerez apuesta por foguear sus nuevos temas en Youtube antes de darle forma de disco
Revista La Flamenca. Barcelona. Xavier Grau. 10/6/2019 Fotos: Judit Rodriguez
Tomás Moreno Romero, conocido artísticamente como “Tomasito” (Jerez de la Frontera, 1969), va ensanchando más su sitio en la música y en el flamenco. Por la vía directa ahora, a través de las nuevas redes, su figura inclasificable abre persiana en Youtube. Es El Sitio de Tomasito, de Jerez al mundo. Para llegar directo a su público, goteando temas por meses. Tan directo y tan franco, tan desmelenado y tan atento, Tomás Moreno, junto a David de la Chica, firma su primera pieza dospuntocero a ritmo de reggae y aroma flamenco.
“Yo tengo una morena zalamera que me quita to el sentío… canta usted en Internet.
Es mi nuevo canal en Youtube, El Sitio de Tomasito, y la primera canción que he colgado se titula La Zalamera.
¿Nos vamos a olvidar de los discos?
Espero que no. Iré colgando canciones en mi canal, cada mes o cada dos meses según vayan gustando y cuando tenga siete u ocho los publicaremos en un disco.
¿Ha encontrado en Internet la forma más directa de llegar también a su público?
Es que lo de vender discos se ha puesto muy chungo.
¿El músculo del flamenco empeora?
No. El músculo del flamenco va para arriba cada vez más. Y es que todo ese legado que nos ha dejado Camarón de la Isla y Paco de Lucía y los anteriores, va cogiendo más cada vez más fuerza.
¿Y en el directo?
Yo creo que el flamenco es más de directo, yo veo cada vez más público y es ahí donde yo mismo, y otros muchos, nos reflejamos mejor.
Aunque no sepan donde clasificarle…
Ni yo tampoco.
¿Tampoco?
No. Lo que yo hago es cantar y bailar y hacer mi música, igual un rock, que un rap, que un reggae pero siempre con la base del flamenco que es lo que hay de verdad en mí.
¿Y cómo le presento yo a usted a alguien que no le ha visto nunca en un escenario?
Pues no sé… inclasificable, azalvajao, indomable... porque la música no tiene doma.
¿Qué le da usted a sus fans?
Lo primero que quiero es que el público lo pase bien, que es lo más importante que hay en esta vida.
¿Y a los críticos?
Si luego la crítica es buena, pues mejor.
¿Hasta dónde le cansa el debate entre críticos sobre lo puro en el flamenco?
A mí la verdad es que no me cansa. Me da absolutamente igual. Ni me afecta, ni me interesa porque yo sólo me preocupo de querer a mi público.
¿Lo tienen más fácil hoy los jóvenes artistas entre lo que es y lo que no es flamenco?
Cuando te atreves a cambiar una cosa por otra y a fusionar hay que ir con mucho cuidado. Hoy en día están las puertas más abiertas, es más fácil pero lo que pasa es que hay tantos grupos y tanta música buena, tanta competencia, que también es más difícil hacerse un lugar propio.
Usted ha abierto también algunos caminos creativos
Antes de la jugabas del todo. Imagínate a Camarón con La leyenda del tiempo… pero hoy hay tanto en el mercado que todo no gusta, ¡ojalá!
Usted se la jugó a quedar desterrado
Naturalmente, porque un mal disco, un álbum que no gustara, que no pegara, te podía dejar fuera. Aunque siempre hay que intentarlo
¿Quiénes le atraen hoy por hoy?
Pues mira cómo están Rancapino, Arcángel o Miguel Poveda o El Cigala que son brutales
Dígame lo mejor del panorama flamenco actual.
Pues las cosas puras y las fusionadas bien hechas.
¿Lo peor?
Pues un fandango mal cantao, como un guiso sin sal; los que se lo hacen mal en la música, el querer y no poder…
¿Y la crítica?
Esa existirá siempre y no pasa nada pero a mí no me afecta porque si uno se fija en eso entonces no te atreves a hacer nada, ni cantas ni bailas, te quedas bloqueao y te vienes abajo por una mala crítica…
…
Hay que tener una filosofía abierta y respetar a cada cual.
¿Aunque se pasen de frenada?
Algunos se pasan tela aunque yo, gracias a la vida, no he recibido este tipo de críticas tan duras.
¿Porque se siente querido desde niño?
Cierto. Yo siempre escuché: “al niño, dejadle; al niño dejadle hacer con sus cosas...” mientras mi padre, que era muy flamenco, pensaría “joder el niño, ¡qué camino va tomando!”.
¿Fruncía mucho el ceño?
Sí, claro, al hombre le hubiera gustado que yo fuera un bailaor flamenco como un Canales, un Cortés... pero a mí me gustaba más esto y creo que he acertado con el camino que voy siguiendo.
“YO SIEMPRE ESCUCHÉ: “AL NIÑO DEJADLE; AL NIÑO DEJADLE HACER CON SUS COSAS...”