El cantaor y compositor jerezano hace de la búsqueda y recuperación de cantes olvidados el eje de su trabajo discográfico en una trilogía con textos nuevos propios y de su padre, el flamencólogo Alfredo Benitez.
Revista La Flamenca. Xavier Grau 12/8/2020
Con toda esa bondad, esa energía y esa cristalina manera de expresarse, Ezequiel Benítez apuntala su carrera en una trilogía discográfica muy personal. Fruto de horas y horas de trabajo y de búsqueda, asesorado en primera línea por su padre, flamencólogo de prestigio, el de Jerez es un cantaor directo, cercano. Un artista inquieto que multiplica su actividad con los recitales, las clases, ahora on line, y las composiciones para el cine. Con todo ello, va cincelando su personalidad en los escenarios y entre la afición en estos tiempos durísimos para el arte.
“Quimeras del tiempo. Mi cante” abrió una trilogía de éxito en 2015.
Es un título bonito para un disco.
¿Qué claves personales había en él?
La idea del primer disco de la trilogía fue salvaguardar una cultura con unas letras y una forma de entender el flamenco que yo tenía y que fui acumulando después de ocho años sin grabar.
Y se lanzó.
Me lancé cuando había miedo en las discográficas y también miedo al mercado.
¿Qué miedo?
Había que ser vanguardista para vender, sí o sí.
¿Y pasó usted de esos temores?
Yo aposté por recuperar cantes olvidados, letras y músicas no muy tocadas.
Añadiendo letras propias.
Casi mitad y mitad con letras mías y otras de mi padre...
... Alfredo Benítez, flamencólogo, compositor, maestro...
Un honor para mí, mi padre.
¿Cómo le ve usted a él?
Como un maestro de los sonidos que ha colaborado en grandes proyectos como “Caminos del cante” o “Nueva frontera del flamenco”. Es un enamorado del flamenco y lo ama de verdad.
Maestro usted también.
Me veo muy joven para ser un maestro a pesar de que tengo mi escuela de cante y he mamado la docencia desde pequeño; a mí me sale y me gusta enseñar.
O sea que usted vanguardista, nada.
Yo me tomo lo vanguardista como mi propia forma de expresarme, de forma diferente, dentro de la ortodoxia.
“YO DEFIENDO EL CANTE EN CORTO, DECIR EL CANTE, TENGO UNA FORMA DE CANTAR MUY EXPRESIVA”
¿Cómo transmite su personalidad como productor?
Yo no lo busco, ese toque mío que me dice la gente me sale de natural.
Defínamelo.
Yo defiendo el cante en corto, decir el cante, tengo una forma muy expresiva de cantar y al coger un cante se me desboca la creatividad.
¿Qué recorrido hay a lo largo de esas tres “Quimeras del tiempo”?
El concepto es el mismo bajo ese título tan bonito.
“Mis Cantes” fue el inicio con Paco Cepero, Manuel Parrilla y Diego del Morao.
En ese primer disco recordé mi infancia, esos cantes como el Fandango del Pinto, que yo escuchaba en mi casa. Y lo grabé todo de forma muy natural, como si sonara casi todo en directo.
“RESPETANDO LA PUREZA DE LOS CANTES DE TRILLA, LE HEMOS DADO UN AIRE CON NUEVA PERCUSIÓN”
LUEGO, “Recuer2”, en 2018, recuperando a María Bala y a Chacón.
Hubo más trabajo de investigación y de localización. ¡Qué de kilómetros! Me preocupé de hacer bien y documentar determinados cantes y le dí a todo un aire más alegre. Le puse mucho estudio, mucha búsqueda, hasta dar con mi manera en cantes como la Bulería de Vallejo, por ejemplo.
“Ilus3” es el cierre recordando a La Paquera, Turronero, Luis de la Pica, Juanito Mojama...
Ha sido el trabajo más duro y me he concentrado también mucho en la producción. Además he tenido la gran suerte de contar con el trabajo y el talento de Paco León a la guitarra.
¿Podemos destacar sus trillas y sus livianas personales?
Respetando la pureza de los cantes de trilla, por ejemplo, propios del campo, le hemos dado un aire con nueva percusión y para la liviana, que es un cante duro para los nuevos oyentes de flamenco, hemo buscado esa percusión más aérea con una base de palmas por seguiriyas y un algo más de tiempo acelerado.
Todo esto sin abandonar su faceta de compositor.
Me nace de mi inquietud, veo la vida en flashes musicales.
“LE TENGO ALGO PENSADO PARA NIÑO DE ELCHE, PERO NO LO CUENTO, QUE ME LO COPIAN”
¿Bien sea para Malú como para Niño de Elche?
Lo de Niño de Elche fue al principio, cuando él era cantaor flamenco.
¿Qué le compondría hoy para él?
Algo le tengo pensado, no crea, pero no lo cuento que me lo copian... él hace lo que yo no hago y es un enamorado del flamenco y un cantaor largo que ahora muestra todas sus inquietudes.
Sí, Pero cuénteme qué le compondría hoy.
Algo relacionado con los principios, que le podría ir muy bien, algo vinculado a las tonadas...
Dice su web que es usted “un cantaor de nuestro tiempo”.
Me pone ‘colorao’ escuchar eso. Prefiero no escuchar mucho estas cosas para que no se me dispare el ego, pero me hace muy feliz que se diga eso.
Que es el suyo “un discurso fresco, actualizado”.
Tengo muy marcado el flamenco de mi niñez, todo ese trabajo de horas y horas junto a mi padre encerrados trabajando y buscando, yendo aquí y allá con él. Tengo más de 3.000 cintas grabadas con todo tipo de cantes, que son un tesoro.
“POR CORREO ME MANDARON EL PREMIO QUE GANÉ COMO MEJOR AUTOR LATINO POR UNA BALADA QUE COMPUSE PARA UN CONCURSO”
Pero ahí no dice nada de componer música para el cine.
Está entre mis proyectos, y más después que me dieran un premio en Miami como mejor autor latinoamericano por una balada que compuse para un concurso.
¿Y le mandaron el premio por correo?
Pues sí. A través del cantante que lo interpretó. Y yo sin moverme de casa.
Lo suyo es un no parar, vaya.
He compuesto también otras cosas para Sílvia Espinosa, David Jiménez, Alejandra Rodríguez...
Y ahora, además, clases de cante on line.
La web me da mucho trabajo, pero también mucho acceso a contrataciones y gente que me descubre directamente por la red sin haber escuchado nada de flamenco antes.
Le ha dado tiempo a hacerse viral en las redes con fandangos y malagueñas...
Eso me dicen, que enseguida se suman dos millones de visitas y eso es muchísimo para un artista flamenco.
¿Cómo son sus alumnos a través de Internet?
Normalmente una vez por semana me agrupo las clases y me dedico a los alumnos. Son personas de Estados Unidos, de Japón... muchos de ellos músicos, guitarristas, que quieren aprender sobre cante para avanzar en sus conocimientos.
“SE NOS HA CUIDADO POCO ESTOS MESES DE EMERGENCIA SANITARIA, CUANDO HEMOS DISTRAÍDO A LOS ESPAÑOLES”
¿Ha sorteado así el parón de la pandemia?
A principios de este año, en febrero, teníamos cerradas unas cincuenta actuaciones y el 80% se han aplazado para el año que viene.
¿Cómo ve la situación actual para los cantaores?
La gente que llevamos tiempo trabajando tenemos que tirar del fondo económico que tengamos.
¿Y para los tablaos?
Muy mal.
¿Se ha tratado bien a los artistas en medio de este caos por el virus?
Creo que nos han cuidado poco durante estos meses de emergencia sanitaria cuando hemos sido los que hemos distraído a los españoles en este tiempo. Tal vez si desapareciera la música se darían cuenta del valor que tiene la música para la sociedad.
Cerrada la trilogía de “Quimeras...”, ¿cuál es el próximo paso?
Este año voy a seguir mostrando pinceladas de “Ilustre3” pero en un par de años será el momento de otro disco. De momento no quiero salirme de mi línea flamenca, de búsqueda y recuperación.
¿Apostará por sorprender?
Seguro. Intentaré que lo próximo no se parezca a nada. Tal vez algo más de locura.