Liviana
La liviana es un cante procedente de la seguiriya. Aunque en la actualidad está en desuso, se suele utilizar como preparación para la serrana, como copla de adaptación. Es más fácil de ejecutar que la seguiriya. Se trata de un cante con copla de cuatro versos, primero y tercero heptasílabos, segundo y cuarto pentasílabos, con rima en los pares. Su temática es rural y pastoril -como la serrana- . Por ello, la sitúan en el universo propio del folclore andaluz Uno de sus destacados intérpretes fue Pepe de la Matrona. El baile de la liviana es relativamente nuevo, vinculado al ballet flamenco y difundido por Flora Albaicín y Roberto Iglesias a partir del baile por seguiriyas.
Donde van esos machos
con tanto rumbo;
son de Pedro Lacambra,
van a Bormujos.
Ventanas a la calle
son peligrosas
pa las madres que tienen
sus hijas mozas.
Malagueña
Cante con copla de cuatro o cinco versos octosílabos con rima cruzada asonante o consignante, que generalmente se convierten en seis por repetición del primero o tercero. Este estilo es considerado como el más característico de los denominados cantes de levante. Procede del fandango de Málaga que se aflamencó en la segunda mitad del siglo XIX. No es una cante destinado al baile, pero en la actualidad se está incorporando en los repertorios dancísticos de bailaoras como Rafaela Carrasco o Mercedes Ruiz. Hay diversas modalidades de malagueñas en función de sus creadores, procedentes tanto de la provincia de Málaga como de otras como Cádiz. Hay que destacar en este palo a Enrique El Mellizo, Antonio Chacón o La Trini, entre otros muchos.
Yo entré en el jardín de Venus
y fui a buscar la flor que amaba
y me encontré a mi morena
que era la flor que buscaba
la que me quita a mí las penas.