
Una ha reunido las últimas propuestas del mundo de la danza y el teatro, y la otra lo mejor del arte jondo. Mercartes y la Feria Mundial del Flamenco se celebraron de manera conjunta entre el 15 y el 17 de noviembre en el Palacio de Exposiciones y Congresos de Sevilla. En esta ocasión, los autógrafos de los artistas dejaron paso a otro tipo de firmas -las de las empresas- que han asumido todo el protagonismo en una edición que ha cerrado las puertas al público para convertirse en eminentemente profesional.
Alrededor de 100 stands expositores, presentaciones de libros y cds, proyecciones audiovisuales, conferencias y algunas actuaciones. Esto es lo que ha contemplado la programación oficial, que ha puesto todo el acento en las relaciones comerciales entre los protagonistas de ambos mundos. Propiciar el ambiente idóneo para el lanzamiento de proyectos, poner a disposición de las empresas un escenario privilegiado para realizar contratos y acercar lo máximo posible a los profesionales de los dos sectores, era el objetivo marcado. Precisamente de ellos fue la idea de compartir el escenario de la muestra.
Desde Fibes declaran cumplidas las expectativas. "Más de 1.500 profesionales acreditados han pasado por la Feria y han intercambiado opiniones y proyectos", afirman. Sin embargo, ni nunca llueve a gusto de todos, ni todo ha sido pitos y flautas. No han quedado tan satisfechos la mayoría de los negocios representados, cuyos titulares aseguran "no haber encontrado lo que esperaban" y "no haber sacado ningún provecho de la edición conjunta". Y es que, una interrogación clara y directa apareció pronto en algunos de ellos. Muchos de los expositores se preguntaban desde el primer día: ¿Dónde están verdaderamente los profesionales? "Hemos apostado por una muestra diferente protagonizada por profesionales" -reconocían- pero, ¿dónde han estado?, insistían.
El descontento casi generalizado provocó una reacción inmediata en las entidades implicadas. La firma Gomicia G., que cuenta con un taller en Alicante dedicado a la confección de trajes de flamencas y complementos, dio una de las valoraciones negativas de la Feria. Su directora, Rosa María Gomicia, la definió como una muestra "mal organizada" y "sin color". Gomicia coincidió con otra de las expositoras, Begoña Cervera (Alicante), en que los organizadores de Fibes desmontan y montan ferias cada cinco días y sólo piensan en quitárselas de encima, y eso "no es lo que se merece el flamenco". Aunque reconocieron que en la muestra tiene que haber profesionales, ambas expositoras se decantaron por algo intermedio, que también reúna a gente de calle, que "son los que verdaderamente le dan vida y sentido". Begoña Cervera fue un poco más lejos y señaló que la solución está en que la Feria se programe junto a la Bienal de Flamenco.
También apostó por un nuevo enfoque Joaquín Amador, de la compañía de Manuela Carrasco, quien opinó que el futuro de la Feria pasa por Womax, donde "sí se han localizado personas interesadas por el flamenco". Fue uno de los más críticos con la Feria, de la que afirma no haber sacado nada positivo, "sólo gastos y tiempo perdido". Amador resaltó que era "falsa" la asistencia de los 200 programadores prometidos y lamentó que Mercartes, en cambio, "sí haya contado con un buen número de profesionales".
Quien sí se mostró algo más positivo fue el responsable de SFORZINDA SERVICIOS CULTURALES, Juan Trova, que aseguró haberse llevado una larga lista de contactos. Explicó que, aunque en estas muestras no se saca nada materializado sobre la marcha, sí se cumple la finalidad esencial: conocer y que te conozcan. No obstante, precisó que los servicios culturales amplían mucho más el abanico de posibilidades, por lo que, a diferencia de los stands exclusivos de flamenco, a su firma no le ha venido mal la mezcla con Mercartes. Aún así, apostó por separar y diferenciar los productos, ya que "para lo único que ha servido unirlos es para hacer del flamenco una minoría".
También fue optimista María Luz Hierro, de Peris Complementos, quien calificó como positiva la unión y señaló que ha establecido contactos en Francia. María Luz confía en que con los años la Feria madure y destacó que, lo que sí sería conveniente, es que se celebrara en fin de semana y que uno de los días, por ejemplo el sábado, entrara el público de calle.
Pero la que ha ido lejos, y no sólo en palabras sino también en hechos, ha sido Pilar Trueba, de Candela & Lamvela, quien puso una reclamación afirmando que la muestra "no era realmente una feria mundial del flamenco", como rezaba en el cartel. Según indicó, le respondieron argumentado que en ningún momento se habían referido a la Feria como tal. Pilar se mostró indignada y aseguró que el objetivo de Fibes estaba premeditado y era cargarse la Feria. "Este año la han tirado por los suelos, ya que días después venía la del caballo que es la que verdaderamente les interesa a ellos", sentenció.
Por otro lado, hay que tener en cuenta la opinión de Felipe Luis Maestro, director gerente de Fibes, que en declaraciones a la dirección de La Flamenca deja claro que se ha trabajado en la línea de cumplir los objetivos marcados en las Jornadas Técnicas de Mercado Flamenca. Este evento (celebrado en noviembre de 2005) "sirvió para dar un nuevo enfoque a la Feria del Flamenco, pues se había convertido en una feria de actuaciones, mas que de ventas. De esas jornadas quedó claro que la Feria debía ser fundamentalmente profesional, y lo que interesaba era traer productores que pudieran comprar espectáculos". No obstante, se sinceró declarando que "hemos tenido muy poco tiempo por una serie de circunstancias ajenas, como el cambio de dirección en la Bienal y de otros cargos del Ayuntamiento".
"Evidentemente -aclaró Maestro-, no ha sido la Feria que nosotros queríamos hacer". Confesó igualmente, que "ya nos hemos reunido con el Ayuntamiento y Antonio Montoya, presidente de la nueva asociación de empresarios (ASAEF), con vistas a empezar a preparar la edición de 2007". Felipe Luis Maestro piensa que "el flamenco es muy vendible y está preparado para comercializarse", poniendo como ejemplo la moda flamenca "con un nivel de exportación que crece años tras año". Desde Fibes, aseguran querer hacer "una gran Feria del Flamenco", para lo que "decidido el producto, ahora tenemos que trabajar en las mejoras para coger la línea definitiva". Lo cierto es que, en este tira y afloja entre las empresas expositoras, que se muestran insatisfechas, y los organizadores del evento, que declaran cumplido el objetivo, transcurrió una Feria con poco ambiente y sin el colorido de otras ediciones.
Como aseguraba Maestro, días después, y con el objetivo de reorientar la muestra en futuras ediciones, la Delegación de Cultura del Ayuntamiento de Sevilla, el Palacio de Exposiciones de Congresos y la recién creada -por aquellos días- Asociación Andaluza de Empresarios del Flamenco (ASAEF) acordaron constituir una comisión que arrancó motores en diciembre y que tratará de dar un carácter más empresarial y profesional a la Feria el próximo año. La nueva comisión cuenta con una cuarta parte, la Agencia del Flamenco, que también ha respaldado la iniciativa.
La primera decisión de esta nueva mesa de trabajo ha sido rápida y contundente: La próxima FMF no volverá a coincidir con Mercartes y se celebrará a la vez que la exposición de Músicas del Mundo WOMEX. Al menos así lo indicó el delegado municipal de Cultura, Juan Carlos Marset, quien instó a los empresarios a responsabilizarse con el futuro del flamenco e implicarse en el certamen, ya que en la pasada edición "no lo hicieron". Es el caso de los miembros de la ASAEF, que se adelantaron al considerar que la Feria sería deficiente y, por ello, no estuvieron en el evento. Si están en esta nueva comisión que apenas alcanza el mes de vida, en la que tendrán voz y voto para expresar sus inquietudes. El nuevo organismo trabajará para dar a la Feria del Flamenco lo que es suyo y para que juegue el papel para el que fue creada: favorecer la presencia del flamenco en los espacios escénicos nacionales e internacionales. En este sentido, el tejido empresarial andaluz reivindica el papel que le corresponde como interlocutor con la Administración en el desarrollo del sector, participando en la elaboración de presupuestos, la gestión de actividades y su posterior seguimiento.
La asociación demanda un programa de ayudas concretas para actualizar y modernizar el sector en Andalucía, a fin de que sea capaz de generar riquezas y puestos de trabajo y pueda hacer frente a la competencia cada vez mayor de las empresas de otras comunidades y del extranjero. La creación de una Oficina Comercializadora en la que participen los propios empresarios enfocada a estructurar el mercado existente, promover otros posibles y potenciar la promoción internacional del flamenco, es otra de las peticiones que hace el sector. Igual de importante consideran una partida presupuestaria para un Plan de Formación y Reconversión de las empresas existentes, donde se incluirían aspectos como el material promocional, la contratación de personal especializado, cursos de idiomas o el funcionamiento de páginas webs.
El último punto reivindicativo alude a la financiación necesaria para mantener los gastos de funcionamiento de la asociación (sede, asesoría legal), que se suma a las cuotas anuales de sus miembros. Una batería de medidas formulada desde esta asociación que pretende dar forma a los negocios en el flamenco. Un amplio y diverso mundo con muchos mercados por conquistar y ante el que se abren grandes expectativas, pero que aún necesita manos que lo definan y encaucen. Este es el cometido de la comisión.
Texto: Lydia Capitán / Fotos: Feria Mundial del Flamenco – Fidel Meneses