El guitarrista afincado en Sevilla presentará en Madrid su primer disco con cuarenta minutos de valiente toque clásico enlazado en un ‘loop’ sin fingrabado con una guitarra de Juan Habichuela.
Revista La Flamenca. Xavier Grau. 14/12/2021 Fotos: Pedro Barrágan
Pedro Barragán toca la guitarra desde los nueve años. Pop i rock en su juventud. Hasta que Paco de Lucía se le cruzó en el camino para descubrirle el flamenco. Nacido en Barcelona y establecido en Sevilla, este joven guitarrista presenta un primer disco impecable cuidado al detalle. Una pieza de orfebre que respeta al oyente con un toque que no se impone. Chinitas es un prodigio que se ofrece abierto y honesto, que seduce con deferencia hasta amarrar a quien escucha. Éxito del artista en la primera presentación en Sevilla y muchas esperanzas puestas para el próximo día 16 de diciembre en el debut en el Café Morente de la Fundación Casa Patas.
¿Qué es Chinitas?
El título de la petenera que da nombre a mi primer disco en solitario y el recuerdo a mítico café cantante malagueño de siglo XIX.
¿Qué ideas musicales hay detrás de este álbum?
Es el fruto de años de pensar en experimentación. El disco no es el fruto de un ataque de inspiración repentina.
Dieciséis temas, cuarenta minutos de guitarra sola sin pausa encadenando los toques.
Participando en el Nuevo Matrona Project junto a Manuel Romero y Roberto Jaén siempre pensé en el reto de un concierto de guitarra sin pausas.
¿Como reto, como demostración, como ejercicio de provocación?
Un poco como reacción a la corriente que separa cada palo uno de otro, sacralizando la soleá, la seguiriya, la bulería defendiendo que no se pueden mezclar.
¿A la contra para provocar al oyente o para exigirle máxima atención?
Exige varias escuchas y yo no quiero predisponer a quien lo escuche de ninguna manera. Se puede escuchar en un gran equipo, con auriculares baratos, en el móvil y funciona incluso de música ambiental si no quieres dedicarle mucha atención.
Desacralización total, veo.
No quiero que nadie se sienta comprometido ni tenga prisa por escucharlo. Yo creo en la soberanía compartida entre el autor y el público ante una obra de arte. Yo ya he hecho mi parte y ahora le toca completar la obra a quien la escuche.
¿Cómo espera que completen la suya?
Cuando compran el disco o yo lo regalo y me dicen aquello de “No te preocupes, voy a escucharlo rápido y te digo...” yo siempre contesto: “No te preocupes tú, escúchalo cuando puedas, con calma, en casa, con tu pareja, con una buena copa de vino... incluso de fondo si te apetece”
¿Es usted un guitarrista valiente?
Valiente tal vez es decir demasiado. Lo que yo quería era toda la libertad del mundo para crear mi disco. He aprovechado que es una producción modesta, casi autoproducción, y eso me quita condicionantes.
Guitarra sola, sola.
Creo que el concierto solista de guitarra flamenca está ahí como una casilla libre y me propuse ocuparla. Sin querer ser demasiado reverente con el mundo ortodoxo. Asumiendo el riesgo de no gustar ni a ortodoxos ni a modernos.
Cuénteme los secretos técnicos de su álbum.
He conservado las tonalidades propias de los toques enlazando como en un círculo todos los temas seguidos. No me constan antecedentes de un disco de este estilo grabado como un loop sin principio ni final donde se encadenan motivos y falsetas.
Palo a palo sin interrupción
Encadenando temas propios en cada palo: serrana (El Ángel), alegría (San Diego), soleá (Villegas), guajira (Tunja), bulería (Llanes), malagueña (Begonia), soleares (Calle Pensamiento,Abuyacub), tango (Plaza Gelo), minera (Al Hidaya), cantiña (Mi negro), granaína (Edipo), seguiriya (El Vacie), petenera (Chinitas, Las Almenas, Los Carteros).
Perocon máximo respeto a la tonalidad de cada toque.
Por formación musical, como profesor y como guitarrista profesional que acompaño al baile y al cante en peñas y tablaos desde hace muchos años, las tonalidades originales de cada palo son para mí lo más natural.
¿Por qué la dedicatoria al polígono Norte de Sevilla?
Mi inspiración era ir algo a la contra siempre. Buscando esas contradicciones que te hacen avanzar. En el caso de los títulos, el flamenco siempre busca esos tópicos geográficos muy vinculados al turismo como la Alhambra, el Generalife y le pega muy bien...
...
Pero yo quise alejarme del tópico y acercarme a mi entorno más local, el del barrio trabajador y real de esta zona de Sevilla en la que vivo y me siento tan a gusto.
El Ángel, San Diego,Llanes, Las Almenas, Al-Hindaya, Los Carteros... ¿Explíqueme esos títulos?
He elegido, excepto para la petenera, nombres de calles, plazas, lugares y espacios de mi barrio sevillano.
¿Tunja?
Por la ciudad colombiana. Es un guiño a una persona querida.
¿Cómo compone usted sus temas?
Para los guitarristas flamencos, la falseta tiene como función básica acompañar al cante y al baile. Desde el barroco y el renacentismo esos pequeños motivos van ganando entidad. Yo he tomado esa estructura de la falseta pero he prescindido de esquemas habituales por experimentar esa contradicción y provocar cosas nuevas.
Se lo preguntarán siempre: ¿De qué pieza se siente más satisfecho?
Chinitas, la petenera, son tres tracks de diez minutos que me costó mucho por su complejidad y es a la que le dediqué más tiempo y esfuerzo.
Otra pregunta de manual: ¿cuáles son sus referentes?
Yo me formé académicamente con Manuel Granados en el Conservatori del Liceu. Él me enseñó a arpegiar, a hacer un trémolo... Sin embargo, de Juan Habichuela, que ya era amigo de mi familia, aprendí todo profesionalmente, de la vivencia del guitarrista, de maestro a discípulo en este sentido, con el muchísimo tiempo que compartí con él en su casa explicando y escuchando...
Cuénteme lo de su guitarra
Yo grabo y toco, precisamente,con una guitarra que me regaló el propio Juan Habichuela.
¿No nos dejamos a nadie?
Odio estas listas porque siempre te dejas a alguien... pero tengo que citar la influencia de Miguel Ángel Cortés y de Rafael Riqueni con el que estuve dosaños como segunda guitarra.
¿Cuál es el acento Barragán en este disco?
Poca cosa si pensamos en la antológica grabación de Ramón Montoya en París allá por 1936... Tal vez proponer ese “loop”, ese bucle continuo de música sin pausa entre temas del que no me consta que haya antecedentes similares.
¿Qué caracteriza la producción de su disco?
Hemos grabado sin efectos, sin compresión ni rever, con dos micrófonos a 90 grados y con todo el cuidado del productor, Ulrich Gottwald.
También ha pensado mucho en la portada.
Cierto. Es una ilustración de Joel Tidey que no da muchas pistas sobre el contenido, que es lo que yo quería. Por eso tampoco aparece mi fotografía ni una guitarra ni nada porque no quería que el oyente tuviera mucha información antes de escuchar el disco.
¿Cómo imaginaba que sería la recepción este trabajo por el público y la crítica?
Estoy muy sorprendido por la magnífica acogida que está teniendo.
¿No la esperaba?
En el estudio bromeábamos con el productor que acabaríamos haciendo un disco que quizá tendría alguna relevancia en el futuro por su rareza o que tal vez se convertiría en disco de culto...
¿Por qué la guitarra flamenca como guitarra de concierto no se prodiga?
Yo tengo una visión quijotesca de la guitarra flamenca en concierto y sí creo que tiene buen futuro.
Explíquemelo
La guitarra flamenca tiene un gran abanico de sonidos a los que sacar mucho partido. Al añadirle acompañamientos creo que se difumina esa riqueza tímbrica. Por tanto, deberíamos explorar toda esta fórmula propia y encontrar un público que no está todavía consolidado.
¿Cuál es la razón?
En los conciertos de guitarra siempre hemos buscado al público guitarrista. Es como si sintiéramos un complejo de inferioridad y nos relacionásemos sólo entre nosotros. Tenemos que buscar al público que no entiende de guitarra ni tampoco de flamenco y llegar a él con nuestra música.
¿Falta programación?
La guitarra de flamenco en concierto se programa poco porque se cree que no tiene público. Los que viven de la guitarra de concierto mayoritariamente trabajan y dan conciertos fuera de España.
¿Necesitamos una red nacional de salas y teatros que programen durante todo el año?
Hay que abrir nuevos espacios a la guitarra flamenca en espacios monumentales, en museos, en iglesias y en salas nuevas y reducidas...
¿Falta dinero?
Para instituciones y programadores, contratar a un guitarrista es muy económico. Lo que tenemos es un gran déficit cultural con las enormes perlas de la cultura que tenemos en España y un público demandante de cultura mucho más allá del reclamo turístico.
¿Tiene en mente ya su próximo trabajo?
Pienso en cambiar de contexto. Buscaré de nuevo ir a la contra después de este disco de guitarra sola. Pues tal vez algo más relacionado con la música electrónica y las nuevas sonoridades, uniendo la guitarra flamenca y la música urbana.
¿También en solitario?
Estamos dándole vueltas a un trabajo en colaboración son Santi Bronquio para insistir en esas contradicciones mías que me generan avances enriquecedores.
¿De nuevo a la contra?
A la contra pero en positivo. Contra mí mismo.
¿Con qué necesidad?
En el filo del vacío me siento más cómodo, en la improvisación, sin esquemas, creando cosas nuevas que me generan emoción. Lo mismo me pasa en los espectáculos, ¡malo cunado me lo dan todo detallado y empaquetado! Necesito sentirme algo más libre aun arriesgando más.