"Me gusta trascender a la gente, que la música forme parte de sus vidas y perdure"
"Limones por la mañana, limones pal mediodía". En este caso no son comidas amargas sino cada uno de los músicos que intervienen en el disco "Limón": Paco de Lucía, Montse Cortés , La Tana, Duquende, Potito, Guadiana, Niño Josele y así hasta casi treinta artistas que han hecho posible un viaje musical cuyo rumbo ha ido marcando un tipo inquieto, creativo y lleno de curiosidad. Es compositor, músico, productor... y mago. Lo que toca se convierte en oro. Javier Limón nos abre las puertas de Casa Limón.
Hay quien reconoce las producciones de Javier Limón sólo con escucharlas
Me lo han dicho varias veces. Creo que es cuestión del equipo. En realidad es un equipo:: en los discos están Alain Pérez, Javier Colina, Niño Josele, Piraña. Jerry González, Antonio Serrano... Cada uno aporta su matiz y al final es un color.
¿Qué tiene que tener un proyecto para que interese a Javier Limón?
Tiene que ser muy acústico, muy orgánico, que los sonidos sean vivos, que busquen la madera antes que el plástico, la piel de la vaca de la conga antes que el metal y que la electricidad. Creo que lo que hacemos aquí es intentar tocar lo más en vivo posible y que pasen cosas humanas, que pasen momentos de verdad. Intentamos alejarnos lo más posible de la producción al estilo pop de los ochenta que iba pista por pista. Buscamos la crudeza, algo que sea natural y verdadero.
¿Qué crees que puede tener Javier Limón para que los artistas asuman sus composiciones?
Eso es delicado. Producir es algo más versátil porque puedes involucrarte en un porcentaje, o sea, puedes no hacer nada (que es la labor ideal del productor, porque significa que todo va de puta madre) o hacer mucho y decidir hasta qué tercio tiene que cantar y cómo cantarlo. Pero el compositor tiene que hacer algo que alguien se lo crea y quiera interpretarlo y ahí me la juego más. De todas formas me considero más compositor que productor.
"Buscamos la crudeza, algo que sea natural y verdadero"
Versatilidad en la producción pero también en la composición porque abordas diferentes estilos. De pronto, algo tiene que sonar flamenco y la siguiente pieza es un wawankó
Eso es mucho de curiosidad. Desde pequeño he sido muy curioso. Por ejemplo, el tema de los ritmos gnawa, o la clave tres-dos-dos-tres, yoruba, no yoruba, el wawankó... todas las claves. Creo que hay unos pilares básicos en la música brasileña, en la afrocubana del latin jazz, en el jazz americano y ahora se incorpora el flamenco como un nuevo lenguaje. Ya tenemos vocabulario suficiente para hablar de cualquier tema en flamenco. Creo que todos ellos vienen directamente de África, incluyendo en África hasta Egipto. Para mí, todo ese mundo, la historia de la música africana que acaba en el jazz o en el flamenco me vuelve loco. Veo a Bebo y no hago más que informarme de cómo el wawankó de Haití. Veo a Morente y le pregunto cómo era la soleá de Santa María que le enseñó Pepe el de la Matrona... Y así voy buscando siempre. Claro, luego compones sobre lo que sabes.
Pero que algo suene flamenco es complicado
Igual que el tango sirvió a Piazzola de escuela, el flamenco me sirve de escuela a mí. Yo me pegué muchos años estudiando los cantes y es imposible conocerlo todo. Por ejemplo, yo soy de Huelva y sólo allí el fandango tiene 128 variantes. Entonces, conocer bien todos los melismas y las melodías es toda una vida. Paco Toronjo sólo cantaba fandangos de Huelva y acabó su vida y no había terminado de conocer todo. Y eso es sólo uno de los cien palos que hay. Conocerlo todo es imposible, pero lo que sí es bueno es tener una perspectiva y un conocimiento de la esencia y del aroma de cada palo, o sea, a qué huele una soleá, a qué huele una bulería, una serrana. Hay pequeños detalles, matices muy sutiles que no se pueden ni escribir en partitura y que hacen que la taranta sea la taranta, y eso es lo que a mí me llama la atención.
¿Cómo surgen los discos de Casa Limón?
Ha sido como una montaña rusa. Empezamos con el "Vareta y canasta" de El Cigala, con el Wyoming, Segura y todos estos (los "18 chulos") y desde entonces no hemos parado ni un día. De repente, todos los ídolos de nuestra infancia fueron apareciendo. Por ejemplo, a Morente le conocía de antes y había hecho alguna cosa, pero una noche estaba yo sentado en la acera de la calle Echegaray, a la una de la mañana, y apareció Enrique y me dice "¡hombre, Javi, a ti te estaba buscando yo!". Nos fuimos al Candela, tomamos una cerveza y al día siguiente empezamos a grabar. Paco me llamó para que le pusiera el ordenador en su casa, que lo tenía estropeado, empezamos a hablar y a hablar, hicimos una maqueta y al final ya me he raspado dos discos con él. Entonces, así poco a poco todos han ido llegando.
"A Paco le tengo en la categoría de cantaores"
¿Cómo son las grabaciones aquí, en tu casa?
Intento siempre que haya muy buen rollo, que la gente se lo pase bien y que haya muy buena onda, porque me he dado cuenta de que eso se graba por los micros. Y el mal rollo también. Entonces no puedo con el aburrimiento y las caras hasta el suelo. Cuando pasa eso me voy.
¿Qué emociona musicalmente a Javier Limón?
La voz. Cuando se acuerdan de la Mezquita, cuando duele ahí, pego un bote en le silla y tengo que parar la grabación y darle un beso a esa persona. El día no me pase eso lo dejo. Con Montse Cortés no lo puedo remediar: me parte el alma cada vez que abre la boca. Y con Paco lo mismo. Es como un cantaor. A Paco le tengo en la categoría de cantaores. Tengo a mis amigos guitarristas y a los cantaores, y Paco está dentro de los cantaores. Cuando Josele entró en el grupo me decía "¡Y cómo acompaño yo a Paco!", estaba acojonao, y al final le digo: "¡Tío, tómatelo como si fuera un cantaor!" se fue y al volver me dijo "0ye pues funciona de puta madre; le veo como si fuera Morente: le acompaño como si fuera un cantaor". Y es que es tan grande el cabrón que no le puedo ver ni como guitarrista. Es un cantaor.
¿Tienes algún método para componer?
Para escribir me inspiro mucho en los haiku japoneses. Creo que el futuro del flamenco pasa por romper la métrica octosílaba y endecasílaba básica y romper las tercetas. Cuartetas y quintetas. Es muy difícil poder componer una soleá nueva con un terceto octosílabo, porque ahí llevan ya cien años. Eso en la parte de canciones y de jazz, porque el flamenco lo compongo todo por bulerías y luego lo cambio a otros palos. Es como un juego.
"Cuando duele ahí, pego un bote en le silla y tengo que parar la grabación. El día no me pase eso lo dejo"
¿Qué tienen en común las músicas con las que trabajas?
África. Un tanguillo es lo mismo que un uno de los palos gnawa, es lo mismo que un candombe uruguayo, que un afrocubano. Cuando dicen que hay que fusionar wawankó con flamenco o salsa con flamenco yo digo que no hay que fusionar nada porque son hermanos, el puente ya está tirado. Lo que hay que saber es que la salsa viene del wawankó, que el wawankó viene de Haití y que en Haití el cante del wawankó era una malagueña. Cuando eso te lo explica Bebo y te dice que ahí hay una malagueña dices ¡ah, vale! Entonces cuando quiero fusionar un wawankó con flamenco tengo que hacerlo con algo tenga relación con la rama de la malagueña. Entonces no es wawankó con flamenco: es qué wawankó con qué flamenco. No basta con que haya un ritmo común, hay que escarbar un poco más.
¿Qué te llama más la atención del flamenco?
El cante. Un quejío bueno.
¿Cómo has diseñado el contenido del disco?
Este año he viajado mucho: Palestina, Bogotá, Bahía, Miami, Jerusalén Oriental, etc. Entonces, salvo el tema de Paco de Lucía, que estaba compuesto expresamente para él, lo demás ha sido como hacer el guión de una película, y cuando ya estaba el guión hecho, o sea, todas las melodías que iban de un sitio a otro, hice toda la base. Y la melodía principal es como una película donde yo voy buscando al actor ideal para cada escena. Tengo la suerte de tener unos amigos que son actores cojonudos.
Cualquiera de las piezas puede ser un single ¿eso es un problema?
Lo de los singles es un invento actual de la industria. "Lágrimas negras" no tuvo un single. No creo que haga falta un single. Single es singular y este es un disco muy plural.
La crisis de la industria discográfica no afecta a Javier Limón.
Abrir este sello es una forma de buscarse la ruina (ríe), es un buen suicidio colectivo de mis socios y yo.
No hombre, en tu caso eso no es así, no fastidies.
Es broma. Pero creo que es mejor una copia de un disco mío dentro de veinte años que un millón ahora. Lo que me interesa es trascender a la gente, que la música forme parte de sus vidas y perdure. La idea es que la gente que se compra un disco de Casa Limón sepa que lo que va a escuchar está dentro de unos límites mínimos de calidad.
¿Qué te gustaría conseguir con este disco en cada persona que lo escuche'
Lo más bonito que me podía pasar es que lo pongan otra vez. El disco tiene muchas escuchas. Hay mucha gente poniendo mucha energía y tiene muchos detalles. Y además es un disco que emociona.
Texto: Manuel Moraga