Revista La Flamenca: Revista nº 3 / año 2004 Marzo Abril
Hoy habla con nosotros...
¿Cómo y cuando comienza su afición al flamenco?
A raíz de los discos que se ponían en casa. Mi madre es una gran aficionada y, desde pequeño, he escuchado cante. La música flamenca me fue seduciendo y comencé a estudiarla y a dedicarme a ella. De chico visitaba las peñas, los centros culturales andaluces...
Cataluña es cuna de grandes artistas con una personalidad muy definida. ¿Se podría hablar ya de la "Escuela Catalana de flamenco"?
No me atrevería a hablar de escuela como tal porque cada uno tiene un estilo propio, una manera diferente de cantar. Escuelas hay en Jerez, por ejemplo, donde hay una forma de cantar muy definida.
¿Qué supuso para Usted la Lampara Minera?
Fue la oportunidad de darme a conocer en el ámbito del flamenco a nivel nacional. A mi se me conocía en mi tierra. No me lo esperaba. Fui a La Unión y yo me veía todavía muy joven, que me faltaban todavía conocimientos, pero me la dieron... y eso que me apunté un día después para que no me cogieran.
Usted está muy considerado entre los aficionados y los "entendidos". ¿Teme defraudar a alguien cuando opta por la innovación?
No. Cuando te halagan da un poco de vértigo, es como tener que estar a la altura de esas expectativas. Pero no tengo miedo por innovar, tengo más miedo a hacer algo mal o a equivocarme. Pero si no te tiras a la piscina, no te mojas y a mi me gusta mojarme.
¿Cree que el flamenco entendido como tal, el flamenco jondo, puede llegar a la gente joven de manera natural?
Claro que si. Cada vez son menos los prejuicios. La gente no te pide ni tu D.N.I. ni tu ADN. Van a escuchar a un artista y a ver qué le ofrece.
Háblenos de su nuevo disco
Es un disco con música de Enric Palomar y con letras del poeta Rafael Alberti. No es un disco propiamente de flamenco sino con melodías nuevas, pero muy aflamencado. Se llama "Poemas en el exilio". Es una obra musical para un concierto que se ofreció en el Auditori de Barcelona. Está grabado en directo. Pronto lo presentaremos el Teatro Falla de Cádiz y en la Bienal de Sevilla
Usted es un artista de amplia trayectoria. ¿Le molesta que llegue alguien y venda 100.000 copias de buenas a primeras?
¿Por qué me va a molestar?. Al contrario. Yo no soy quien para decidir quién se merece o no vender discos. Yo intento seguir mi camino y hacer lo que me gusta. No me interesa demasiado ese tema. De todas formas, si haciendo lo que me gusta llego a vender 100.000 copias pues...bienvenidas sean.
¿Qué recuerdos tiene de la Cataluña flamenca de su adolescencia?
Tengo muy buen recuerdo. Cuando yo empezaba había muchos cantaores afincados allí. Estaban un poco "guetizados" y llevaban su propia vida, no se mezclaban con nadie. La gente se reunía en los Centros Culturales y yo iba, me encontraba con ellos y escuchaba flamenco. Yo era el más joven que aparecía por las peñas y todos me llamaban "El niño". Me enseñaron mucho.
¿Por qué en Estados Unidos hay gente que se emociona con una soleá?
Hay mucha gente interesada en el flamenco. El público de fuera va a escuchar, es respetuoso y sabe apreciar cuando el artista lo hace bien. La gente no tiene prejuicios y va a disfrutar. Yo me puedo acercar a cualquier concierto de cualquier tipo de musica y apreciarlo ¿Por qué no?.
Próximos proyectos...,
Mañana grabo un tema en un disco homenaje a Pablo Neruda en el que también participan Sabina, Serrat, Carmen París y otros muchos. También voy a hacer un espectáculo con Israel Galván.
Quiero disfrutar y hacer lo que me gusta. No dejar de aprender, no solo del flamenco sino de otras músicas y de otras culturas. Quiero que el día de mañana sirva para algo lo que estoy haciendo. Tengo además pendiente mi disco de flamenco.